Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2015

Palabras de la toma de posesión en Jamilena

Imagen
Pasados unos días de mi toma de posesión como párroco de Jamilena y un poco abrumado todavía por tanto cariño recibido de mis nuevos feligreses, antiguos feligreses, paisanos, familia y amigos, os dejo las primeras palabras que dirigí a mi nueva comunidad cristiana. Mis queridos hermanos sacerdotes; queridísima familia, recientemente bendecida con el nacimiento de Simón; queridos compañeros de fatigas académicas del Colegio de Madrid; mis siempre recordados y queridos feligreses de Santa Ana y de la Parroquia de la Inmaculada de Mengíbar, que hoy de nuevo expresáis con vuestra presencia el inmerecido cariño que me habéis mostrado mientras he sido vuestro párroco; mis estimados paisanos de Alcaudete; mis fieles amigos que, una vez más, me acompañáis en un momento importante de mi vida. Pero sobre todo hoy, mis queridos ya feligreses y miembros de esta comunidad cristiana de Jamilena que camina bajo la protección de la Natividad de la Virgen María y la profunda devoción a Nuest

Toma de posesión de Jamilena

Madrid, 3 de septiembre de 2015 Memoria de San Gregorio Magno Mi querido amigo o amiga: Después de un caluroso verano, en el que espero que hayas podido disfrutar de unas reparadoras vacaciones, nos toca volver a encarar un nuevo curso con la mirada puesta en la misericordia de Dios. Y algunos lo hacemos asumiendo un nuevo destino pastoral. Como ya sabes, el obispo me nombró párroco de la Parroquia de la Natividad de la Virgen María de Jamilena el pasado mes de junio, y la toma de posesión se celebrará, D. m., el próximo día 16 de septiembre a las 20:00h . Si tus obligaciones te lo permiten, me alegraría que pudieras acompañarme. Pero soy consciente de que, en muchas ocasiones, la realidad se impone y es imposible acudir a todo. Así que, por lo menos, te agradecería que ese día pidieras al Señor por mí, para que su gracia inspire, sostenga y acompañe mi quehacer pastoral, y me aleje de aquel «corazón duro» sobre el que advertía la Santa de Ávila: «¿qué mayor desdicha