Viernes Santo

MAÑANA DE VIERNES SANTO Despunta el alba del Viernes Santo, morado de penitencia, amarillo de traición. Cirios lila cogidos por guantes blancos. Tres cruces y una corona abren la procesión. Padres acompañando a sus hijos, transmisores de una tradición, discípulos del Nazareno herederos de fe y devoción. Sobre un monte de lirios Jesús trata de levantarse, para continuar el camino del tormento y la aflicción. Cruz de plata rutilante que disimula el patíbulo repugnante; traje de terciopelo que oculta la sangre del flagelo; potencias de plata reluciente que opacan la corona de espinas doliente. ¡Oh, mañana de Viernes Santo, día de redención! Costaleros, valientes costaleros, que llevan o aguardan para ayudar al Hombre Caído, cual cirineos del mismísimo Señor. San Elías, la Verónica y la Virgen de los Dolores, Dimas, Gestas y los doce Apóstoles. Abraham, el ángel y el hijo del sacrificio, el que blande la campana y gol...