La última mirada de Pepe Checa

Termino el día con la triste noticia del fallecimiento de D. José Checa Tajuelo, Pepe para los amigos. Después de unos días en la UCI, luchando por salir adelante, finalmente ha emprendido ese camino que lo lleva a los brazos del Padre Eterno. Y no quiero acabar esta jornada sin dedicarle una "breve" mirada.

Haciendo un balance de los momentos que hemos compartido Pepe y yo, he de confesar que no han sido muchos. En realidad mi trato personal con él ha sido escaso. Pero todas las veces que nos hemos encontrado siempre fue en un clima exquisito de cordialidad. Porque era una de esas personas que buscan siempre agradar al interlocutor y hacer que te sientas bien a su lado. Seguro que aquellos que habéis tenido la oportunidad de tratarlo en más ocasiones y más profundamente podréis contar bastantes más detalles de su personalidad y de su obrar.

En cualquier caso, de todas las veces que nos hemos visto, sin duda alguna, la que siempre recordaré será la última. Fue el jueves pasado, cuando fui a visitarlo al hospital. Lo encontré rodeado de máquinas y con una mascarilla de oxígeno, respirando con dificultad. No podía hablar y no sabíamos ni siquiera si era consciente de que estábamos allí. Todos pensábamos que sí, porque nos seguía con
su mirada, pero no teníamos ninguna certeza. Y fue precisamente esa mirada la que se me ha quedado grabada. Una mirada que buscaba comunicarse con nosotros, una mirada que pretendía decir gracias, una mirada, ahora lo sé, de despedida.

Apenas hemos tenido la oportunidad de ser compañeros de arciprestazgo. Pero sí tengo la alegría de ser su sucesor en la parroquia de la Natividad de Nuestra Señora de Jamilena, donde estuvo como párroco entre 1973 y 1980, y recoger algunos de sus frutos pastorales. Han sido muchas las personas que durante estos dos meses me han hablado de él y de su labor como pastor de esta comunidad. Es decir, el paso de los años no ha conseguido borrar su buena huella entre mis feligreses. Por eso, ahora que ya ha terminado su peregrinación por este mundo, quisiera pedir al Señor que premie con generosidad toda su vida ministerial al servicio de nuestra diócesis de Jaén en Jamilena y en todos los lugares por los que ha pasado. D.E.P.

Entradas populares de este blog

Los hombres que no se jubilan

Lágrimas en Navidad

Rogativa en tiempos de Coronavirus (Coronavirus XII)